Marta Vidán fotografía Barcelona

A reveure, Barcelona (seguir bajando para ver más en texto e imagen)

Abril 2016. Sant Jordi, Sagrada Familia, la Pedrera

Ahora que estamos lejos, pienso idealizarte. Voy a borrar la humedad asfixiante de tu verano,

las aglomeraciones de turistas, la amargura de los sucios desamores, el ruido incesante, el desarraigo.

Voy a borrar la lejanía, la indecisión, la incertidumbre, la sucesión de mudanzas.

Voy a quedarme con el despertar de tu primavera temprana y madura, con los comienzos de quién sabe qué (todavía);

con tu fotogenia, Barcelona, con tu acuarela en el cielo, tus baños de luz, tu extraño abrazo.

Voy a quedarme con tus vínculos indestructibles, con los amores atesorados, con la pasión, ay; con los dolores convertidos en canciones o en anécdotas, con tu movimiento estimulante, tu vida, tu aventura y tu mezcla.

Porque dejo tanto como me llevo.

Porque me llevo tanto que volveré a por más.

Porque dejo tanto(s) que volveré a recogerlo(s).

Hasta pronto, Barcelona. A reveure, Barcelona. Gràcies per tot.

Sant Jordi	La Pedrera	La Pedrera
La Pedrera	La Pedrera	La Pedrera
La Pedrera	Sagrada Familia	Sagrada Familia
Sagrada Familia	Sagrada Familia	Sagrada Familia
Sagrada Familia

Son culpables

3 de febrero de 2015

Despertar a la primavera antes de tiempo. Mirar a los tejados por encima del hombro. El cielo azul es una broma, es demasiado poco. La primavera no necesita despertador, necesita dos zapatos para salir a correr y a dejar caer flores como quien deja caer con disimulo el papel de un caramelo.

Al fondo se ve el mar -como podrás comprobar en la última foto-, entre los edificios, escondido; discreto, más bien. Al fondo se ve el mar, porque el mar está independiente de las estaciones. El mar es. La primavera es, sólo que a veces es dormida. Como tú. Como yo. El Tibidabo es el guardián de Barcelona, supongo que tú también lo ves iluminado por las noches desde tu ventana. Imagínate: seguro que muchas veces lo hemos mirado a la vez, desde nuestras respectivas puntas de Barcelona.

Definitivamente, decir que el cielo es azul es extremadamente insuficiente. Como lo es la primavera en activo durante sólo un cuarto del año. Pasas tirando flores invisibles, pero huelen, su aroma invade toda la sala, son culpables, eres culpable. Debe de ser una broma, es demasiado.